Maestro y Poeta José Luis Sierra
El territorio poético de José Luis Sierra define en este compendio sus contornos.
El poeta ha superado la mera preocupación formal y llega a la madurez de la palabra
aferrado a su individualidad y hábil en el manejo de las expresiones que ha escogido
como propias.
Lo anecdótico y lo esencial tienen cabida en poemas de heterogéneos perfiles,
la mira del autor puesta en las propias torturas tanto como en la universal
convalecencia del hombre.
El transcurrir de la humanidad se hermana asÌ con el discurrir del autor,
personaje insustituible de su historia. Y entre todos y uno toma fuerza la
presencia de una naturaleza y un pasado vigoroso y, sobre todo, vivo.
El poeta convoca a dioses y piedras -seres temidos, deseados, intuidos-
y su canto se puebla de presencias mágicas. En el cerco de las palabras
que los nombran José Luis Sierra planta su poesía.
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Maestro, Poeta, editor...
José Luis Sierra Salcedo
Poeta y editor. Estudió Derecho y Psicología en la Universidad Autónoma de Querétaro. Realizó estudios de posgrado en Madrid en el Instituto Iberoamericano de Cooperación y en la Universidad de Málaga, España. Fue invitado como residente en las universidades de Nuevo México, en Las Cruces, y de Texas en El Paso, Estados Unidos. Realizó estancias en Amberes, Bélgica, en 2004 y 2007; la Universidad de Amberes presentó su libro b ilingüe Een stad voor José María/Una ciudad para José María (Edit. P, Lovaina, Be., 2004), traducido al flamenco por el poeta Stefaan van den Bremt. En 2007 se presentó en la Feria del libro de Amberes la antología Woord onder dak, donde le publicaron su poema "Cuaderno de Amberes / Uit Antwerps aantekenschrift", en flamenco.
Fue coordinador editorial del Fondo Editorial de Querétaro y miembro del Consejo Editorial del Poder Ejecutivo del Estado de Querétaro. En marzo de 2013, la Universidad Autónoma de Querétaro le rindió un homenaje en vida, donde también se presentó su último libro titulado Una ciudad para José María y otros poemas (Calygramma/CONACULTA/INBA, 2013).
"...No era pobre su seso; apenas con cansina mirada..."